Echemos un vistazo.
Cerré mis ojos y pude ver tu cara, me concentré un poco y pude escuchar el timbre de tu voz y eso ha hecho que hoy mi día se nuble, parecerá coincidencia, pero hoy el día había amanecido con nubes, como de costumbre; y volteé a mi lado y solo había un espacio vació, el espacio vacío de tu presencia y me pregunté ¿Qué hiciese si tu estuvieras? Pero no llegué a ninguna conclusión.
A veces me siento toda una reina, valerosa y audaz, pero luego vuelvo a la realidad y me doy cuenta que soy una persona más, que vive con sus miedos y que se acobarda en la realidad, que es fuerte en sus sueños de fantasía, en donde todo es posible de suceder, pero sé que si estuvieras de frente no sabría ni que hacer.
Y cerré de nuevo mis ojos, escuchando los reproches que mi cabeza me hace, sabiendo que está mal lo que en mí ahora haces, escuchando esa vocecilla que me pregunta ¿que hubiese pasado sí…? pero nunca me dice en sí a que se refiere, o es que el presente le impide ver un futuro inexistente, algo que ya no tiene cabida; y me remuevo en mi propio lugar, sintiéndome presa en completa libertad. Y vuelvo a mirar el espacio a un lado y pienso que tal vez si alguno hubiese dado un primer paso todo sería diferente, no habría este futuro e incluso el tuyo también habría de haber cambiado.
Como luego dicen, más vale pedir perdón que pedir permiso, más vale correr el riesgo y enfrentar las cosas que a vivir con el ‘que hubiese sucedido’ pero ya no hay solución a este dilema, y solo queda esperar a que las cosas se desvanezcan, porque nada es para siempre. Tú te irás y conocerás el mundo, correrás mil millas y en el olvido me dejaras, yo… yo solo continuaré aquí, buscando que pasará conmigo, reencontrándome cada día, renovándome, explorando, porque soy una soñadora incansable que ama la vida, que se enamora de la ilusión y que solo tendrá una linda ilusión de pensar que en el pasado, en que es lo que pasaría.
