Hola, buenas noches. He tenido una pequeña recaía en mi mano, pero sigo aquí esperando les agrade estar historia. Otro capítulo más de That should be me, donde Tom comienza a encajar las piezas del rompecabezas.
@Rosy, espero que este número de letra esté mejor y sea más cómoda para leer. Igual a quienes leen la historia pueden dejar sus opiniones y comentarios.
Sin más les dejo este capítulo y espero continuar trayendo más capítulos... Buenas noches y un enorme beso, disfruten leer ♥
@Rosy, espero que este número de letra esté mejor y sea más cómoda para leer. Igual a quienes leen la historia pueden dejar sus opiniones y comentarios.
Sin más les dejo este capítulo y espero continuar trayendo más capítulos... Buenas noches y un enorme beso, disfruten leer ♥
Seis
La
mañana estaba nublada. Las nubes grises amenazaban con descargar en el momento
menos pensado, pero aun así, Bill caminaba paciente con el trabajo de su novio
en mano.
Atravesó
los edificios hasta llegar al de su novio para entregarle el trabajo que había
acordado hacer. Había sido mucho, realmente se pasó las dos noches en vela por
hacer el trabajo, pero eso no importaba.
Georg estaba sobre el escritorio de los
profesores, contando bromas en el centro
del círculo que sus amigos le hacían
para escuchar.
Bill
legó cabizbajo, no se sentía con la confianza de interrumpirlo cuando su chico estaba hablando, ni tampoco
para interrumpirlo en frente de sus amigos; así que se tiró en el piso fuera
del aula, con las piernas cruzadas a
esperar a qué él acabara de ser el centro de atención.
La
campana sonó y escuchó como Georg cambiaba su tono de voz de uno agradable a
uno agresivo. Los pasos se aceleraron y pisaron fuerte, cuando Bill miró a
Georg asomarse.
—Hola
Georg — saludó un tímido Bill.
—¿Dónde
te habías metido, sabes que el trabajo
era para ahora?
—Aquí
he estado, solo que no te he querido interrumpir. — respondió apenado, como un
cachorro regañado. Comenzaba a ver el fuego en la mirada de Georg y no era
precisamente de pasión. Lo tendió en su mano, pero Georg no lo tomó.
—¡Te
he dicho que cuando se trate de este tipo de ‘asuntos’ vengas a mi
inmediatamente!
—Buenos
días caballeros — Dijo la profesora, sonriendo al verlos en la puerta—. Hagen,
no te tardes mucho.
—No
tardaré. — La maestra se introdujo en el salón y las patas de los asientos
comenzaron a arrastrarse al alinearse en filas.
Georg
tomó a Bill del brazo.
—¡Auch!
— se quejó el moreno al sentir los dedos del castaño atrincándosele en la
carne.
—¡Deja
de ser tan mariquita y camina! —ordenó acallando cualquier quejido mientras
caminaba con él halándole el brazo, casi a rastras lejos de donde los
escucharan.
Bill
obedeció, intentando disimular el dolor que se acrecentaba en su brazo y la
humillación que crecía en su interior.
—Entrégame
el trabajo. —Le ordeno a unos pasos más alejados de la puerta del salón. Le
soltó el brazo y Bill se sintió aliviado en cierta forma.
—Aquí
están — Bill sacó de la mochila un montón de carpetas y Georg las tomó con una
mano.
—Espero
que estas no estén llenas de faltas como la vez pasada. Si me haces quedar mal,
te irá mal a ti también. — amenazó con una mirada filosa que se filtraba entres
sus miedos acrecentándolos mientras daba una hojeada a las carpetas.
—Las
he repasado en busca de errores y no encontré nada. —Georg le miró fijamente. Sentía
vergüenza, se sentía pequeño en ese momento y solo tenía ganas de irse, irse
lejos y pronto. Tenía miedo incluso que Georg estuviese tan molesto que lo abofeteara
en medio del pasillo. Apretó los
parpados, deseando que terminara ese
momento. Georg le daba miedo cuando estaba molesto.
—Lárgate
ahora. — Muy bajamente le habló, con un desprecio enorme colgando de cada letra
que emitió y le ignoró, para ver luego a un Bill que daba pasos agigantados
casi corriendo en sentido opuesto.
[*]
Bill
estaba sentado en una mesa, cabizbajo y meditabundo.
—¡Hola
cielo! —Una voz lo sobresalto; era el sonido de la voz en modo amoroso de
Georg. Bill volteo a mirar con cuidado sin hacerlo directamente, sintiendo
miedo de hacer contacto visual —¿Qué pasa, por qué tan serio? — preguntó el
castaño como si nada hubiese pasado. Acercándose a la mesa y quedando frente a
él.
Bill
se relajó y soltó el aire que comenzaba a doler en sus pulmones.
—¿Cómo
te… fue con el trabajo? — Se atrevió a preguntar, pero todavía no miraba a su
chico a los ojos.
—De
momento la maestra quedó contenta con la presentación. Me felicito de hecho —dijo
con orgullo el castaño —, expuso mi trabajo como muestra de cómo debían de
hacer la presentación para los siguientes trabajos —Su ancha sonrisa
satisfactoria le hacía verse inclusive feliz —. Creo que nos irá bien.
Bill
cerró los ojos, de verdad a Georg ya se le había bajado todo el enojo, así que
podrían volver a estar como antes y le ofreció una sonrisa como respuesta. Pero
no se mostraba tranquilo del todo.
Georg
dio un brinco y se colocó al lado de
Bill.
—Oye
cielo, solo quería ver que estuviera todo bien, tu sabes lo importante que es
para mí mantener mi buena reputación en
la escuela y… Me alteré, sé que estuvo mal — Bill hizo contacto visual por
primera vez con él en ese momento. Georg le echó el brazo por un lado, encima
de los hombros y sonrió con coquetería —. Pero tú también tienes la culpa de lo
de esta mañana, sabes que las tareas me las debes entregar antes de que el
maestro llegue al aula. ¿Lo sabes, verdad?
—Lo
sé, perdón. Es solo qué… llegué a la puerta y te vi con tus amigos, y… sé que
no te gusta que te interrumpan por eso pensé que sería mejor esperar afuera.
Georg
sonrió compasivo, chasqueando los labios en una negativa.
—Tu
no debes de pensar, cielo — señaló
acariciando el cabello de Bill —. Tú debes de hacer lo que yo te diga
solamente ¿He? —Bill sonrió pidiendo disculpas —Pero te perdonaré por esta vez.
Y mira, para demostrarlo tengo unas galletas aquí en la mochila, espera. —Tomó
la mochila que reposaba sobra la mesa y comenzó a abrir el cierre de esta…
[*]
Gustav
y Tom acordaron ir a la cafetería a
tomar algo. Los dos iban en silencio, mirando a todas direcciones, solo así
hasta que Tom por error volteó a donde no debía.
Su
corazón casi se detuvo y los colores de su piel se fueron completamente,
incluso, sus ojos se abrieron de sobre manera y la boca se le secó. Sin darse cuenta detuvo su paso.
—¿Qué
pasa? — preguntó Gustav al ver que su amigo se había detenido y estaba
comenzando a ponerse pálido.
—¡Es
él! — Apenas dijo Tom audiblemente, lleno de asombro, pero al ver el
acompañante de la persona a quien sus ojos miraban no podía creerlo — ¡Maldición!
— soltó de pronto.
—¿A
qué te refieres? ¿De quién hablas?
—Maldita
sea. Es él, y está con él.
—¿De
quienes estás hablando? — Gustav aun no comprendía. Pero Tom parecía estar
seriamente preocupado. Su frente se arrugó y sus ojos miraban con reproche.
—Es
Bill.
—¿Quién
es Bill?
—Vámonos.
— solo esa fue la respuesta de Tom.
Dentro
de él, un nudo inmenso se había formado.
Bill
se reía alegre, mientras daba mordidas a un galleta que le ofrecían en los
labios. Tom solo sintió como todo por dentro se le estrujó, y no podía creerlo.
Gustav
por su lado no comprendía nada, pero al ver que su amigo había emprendido
camino, con el paso demarcando su rabia solo le siguió.
Tom
llegó a la cafetería y sin decir palabra tomó un té helado de la vitrina de
bebidas, la pagó y se sentó en una mesa
lleno de furia.
—¿Me
puedes decir que mierda es todo esto? — Gustav miraba hacia abajo con los brazos
cruzados por encima de su pecho, mirándole con reproche.
—Bill
—Eso
ya lo entendí, has dicho lo mismo, pero no me dices a quien te refieres ¿Quién
es ese tal Bill?.
—Es
que no me lo puedo creer. — Tom se llevó las manos a la cabeza, acariciando sus
rastas en un vano intento por calmarse. Por su cabeza trataba de hilar. Era
Georg. Era él el maldito novio psicópata que Bill tenía. ¿Cómo era eso posible?
¿Cómo era que justamente ese tío patético fuera el novio de Bill? Y no era de
asombrarse mucho después de lo que Bill le había contado. En verdad era un
imbécil al ser novio de él. Bill no se merecía un novio como Georg, al menos de
las dos veces que se habían visto era algo de lo que estaba seguro.
—¿Me
vas a decir o quieres que me largue para que medites tus paranoias?
—Siéntate.
— le ordenó sin mirarlo en medio de un pequeño césped.
—Ahora
si me estás asustando.
—No
es nada de qué asustarse — le miró directamente a los ojos con la mirada llena
de preocupación—. Hace rato me tiraste un rollo de que querías que te dijera,
pues ahora te quedarás sentado y me escucharás.
Gustav
obedeció nervioso y preocupado. Su amigo Tom seguro era que algo tenía, y por
tratarse de Georg no sería nada bueno.
—¿Por
dónde empiezo?
—Por
el principio. —Tom parecía quererle dar vueltas al asunto.
—Bueno, ¿Te acuerdas cuanto te conté de la chica que
lloraba en la parada?
—Sí,
me acuerdo. — Rememoró.
—Realmente
no era una chica, era Bill.
—¿Bill?
¿Quién es Bill?
—Es
un chico, no era chica, era él, Bill. Y bueno, me regresé y no sé si te
acuerdes bien de la historia como iba, de su novio patético que le había puesto
los cuernos y todo eso.
—Sí,
me acuerdo que te estuviste comiendo el coco aunque lo negaras… ¡Haber, haber! —Reaccionó
de pronto el rubio —¿Me estás diciendo que no es una chica por la que te
comiste el coco, que era un chico por quien te ibas temprano a ver si encontrabas a la parada?
—Ese
no es el punto.
—¿Y
cuál es?
—Que
su novio es Georg. Bill es novio de Georg.
—¿Qué
Georg? ¿Tú Georg? — Su expresión de asombro hizo su cara un poema. Gustav
apenas estaba intentando asimilar todo, pero la información no era procesada
tan rápidamente.
—No
es mi Georg, es el infeliz patán. Es el novio de Bill, y ahora ya comprendo. —
dijo de pronto, su cabeza trabajaba a mil revoluciones, concentrando todo,
armando el rompecabezas de información que tenía, las piezas encajaban
perfectamente.
—Pues
yo aún sigo sin comprender.
—Otra
vez — murmuró Tom con un deje de molestia en su voz —. Cuando conocí a Bill
estaba llorando porque su novio había
besado a alguien más, le había humillado, y
cuanta mierda… El punto es que
es el mismo día que Janet se besó con
Hagen, después Bill me contó que le había perdonado y que su novio le prometió
no hacerlo más, cosa que no creo, pero hoy lo miro riéndose con él en la banca
de la entrada de la cafetería, comiendo de una maldita galleta que le daba en
la boca, supongo que es el mismo, o sea, Hagen es el novio de Bill. Y no creo
que sea alguien más porque el mismo Bill me dijo que no dejaba que nadie se le
acercara, que es posesivo y celoso, ya vez, como el buen estúpido que es Hagen.
—O
sea que Georg es el novio de tu queridísimo tormento que ahora descubro es un
chico y que es el mismo que te dio baje con Janeth.
—Exacto…
¡Que qué!... No es mi tormento —
sentenció con el ceño fruncido.
—Vaya,
que enredo.
Tom
no dejaba de hilar todo, y ni a pesar de estar todo tan claro lo creía.
Apretó
los puños de sus manos. Odiaba la idea de pensar que Georg fuera el novio de
Bill, no era posible.
***Gracias a quienes se han tomado la molestia de dejar un comentario, de verdad es muy motivante el leerlos y saber que alguien está invirtiendo su tiempo**
Chao y que estén increíblemente bien ♥
Chao y que estén increíblemente bien ♥