Miénteme.
Sabes que ya no me importa, que sé de sobra que no me quieres, que solo soy un juego sucio de tus placeres.
En donde yo soy solo una pieza en tu tablero, la que mueves al compás de tu antojo y en silencio acepta lo que vengas a ofrecer, sin atreverse a pedir nada a cambio, solo el que te encuentres a mí lado.
Miénteme, dime que te gusto, que mi boca es tu delirio, aunque se lo digas a miles, aunque sepa que es solo una treta para caer en tus encantos; pero no te engañes, que aquí ya no hay máscaras tras las que ocultarse, ni mentiras que me engañen.
Que tú, señor roba corazones, no necesitas decir verdades, porque prefiero tus mentiras, esas que me endulzan los oídos y que yo finjo creer, que la simple realidad en la que suelo perecer.
Miénteme y bésame como si el viento pudiese desvanecerme, como si fuese hecha de arena misma, que con la brisa cadenciosa desbarata muy a prisa.
Miénteme y tómame entre tus brazos, con fuerza y con ansias locas de pasión. Como si el mundo fuese a acabarse hoy y solo tuviésemos esta noche para amarnos.
Miénteme, que a mí que más me da, que soy adicta a tus mentiras, que vivo con ellas cada día y que después de todo, he terminado por amar. Amar a esas mentiras, que me alimentan cada día.
Este escrito es algo viejo, pero que amo con locura, y que hube borrado hace tanto tiempo. Espero que lo veáis con buenos ojos. lo escribí en un momento de nostalgia,