Es un poco triste y nostálgico, y os quiero compartir a todos.
No seáis muy duros conmigo. que este es el primero que subo aquí y si alguien se toma la molestia de leerlo,solo espero que me deis la oportunidad de saberlo y dejéis algún comentario...
Pues es todo... Ala, disfrutad.
si queréis leerlo completo entrar al post para continuarlo en "más información".
La mejor navidad
Resumen: el chico problema de la escuela es obligado a realizar servicio de caridad a vísperas de navidad como castigo. Ahí conoce a un chico moribundo que cambiará su vida para siempre.
Clasificación: apto para todo público.
Advertencias: muerte de un personaje.
Género: General (No hetero, No Slash)
Terminado: Sí
La mejor navidad
Tom tenía 17 años.
Él era el chico problema de la escuela, y aunque los maestros le repetían en varias ocasiones que debía obedecer, a él simplemente parecía no importarle, pese a las amenazas.
Tom salió del salón de clases después del timbre. Simplemente estaba harto de todo. Su padre era un alcohólico y de vez en vez golpeaba a su madre. Ella solo no hacía nada y todo venía a repercutir en la conducta de su hijo, él cual parecía ser un futuro delincuente.
-¿Vienes con nosotros?- Un chico que vestía similar a él le invitó.
- ¡Vale! - Tom se unió a los otros dos chicos que aguardaban pasos más adelante. Todos vestían de gorra, con pantalones y playeras 3 veces más grande que su correspondiente talla. -¿Y qué es lo que harán?- Tom preguntó serio, buscando la aprobación de los chicos. Esta apenas era su segunda semana en la escuela. Fue cambiado de instituto por los problemas causados en el anterior.
- Iremos a decorar las calles.- Murmuró uno de ellos burlonamente.
Tom sonrió de lado, la propuesta pareció agradarle verdaderamente. Él aunque no era un maestro del grafiti solía practicarlo esporádicamente.
Los tres chicos caminaron juntos y callados hasta llegar a las afueras del instituto, en donde grandes paredes en espera de ser decoradas por su necesidad de libertad de expresión aguardaban por ellos para ser pintorreadas.
Geremy, él que propusiera a Tom la idea, sacó de su mochila unas latas de Spray de varios colores. Ofreció a cada uno de los chicos un bote y entre los tres comenzaron a trazar largas líneas a lo largo de las blancas paredes.
Si alguien los sorprendía haciendo ese acto de vandalismo, seguro era que llamarían a la policía y estarían en serios problemas.
Tom despreocupado de que alguien mirase, continuó escribiendo unas grandes letras
-¡Hey!- una voz ronca gritó a lo lejos.
Geremy y su compañero velozmente pusieron andando sus pies a toda marcha y desaparecieron como si sus presencias fueran de humo, pero Tom que no estaba muy acostumbrado a esas labores de huida, se quedó parado.
-¡Kaulitz! – Gritó de pronto la voz –Ya te he visto- le hizo ver. Y Tom constató que se trataba del director del instituto.
Sin hacer nada se quedó de pie esperando a que le alcanzara. No tenía caso huir, incluso hasta le había reconocido. Seguramente lo reportaría y lo mandaría quizá a otra escuela.